Columna del Presidente
Balance y desafíos para el agro
En momentos en que un nuevo gobierno asume la administración del país es necesario revisar los avances conseguidos en los últimos cuatro años e identificar los principales desafíos para la administración entrante.
Diversas emergencias golpearon al agro en los últimos años, siendo la sequía una de las más severas. Nuestras autoridades enfrentaron de manera ágil estas contingencias decretando zonas de emergencia agrícola y entregando recursos para ayudar a los afectados.
El uso eficiente del agua fue asumido como prioridad a través de la Estrategia Nacional de Recursos Hídricos, permitiendo reactivar el Plan de Embalses orientado a poner al día nuestra infraestructura hídrica. El impulso dado a las Organizaciones de Usuarios y la modificación de la Ley 18.450 debieran incentivar la inversión privada en obras de riego y fortalecer la asociatividad de regantes. Sin embargo el cambio climático demandará urgencia en la acción y unidad entre lo público y privado, mientras las inversiones en infraestructura y los cambios en la gestión del recurso se implementen.
El esfuerzo puesto en los pequeños productores a través de INDAP es otro logro notable. El Programa de Alianzas Productivas creó lazos entre productores y agroindustrias, reorientando el rol de INDAP desde el asistencialismo hacia la productividad sustentable. Esto debiera fortalecerse en el tiempo al igual que la mayor cobertura del Seguro Agrícola.
En materia de transparencia se logró la promulgación de la ley de Muestras y Contramuestras y la modificación del reglamento de la Comisión de Distorsiones.
Confiamos en que la nueva administración dará continuidad a estas iniciativas. Desde el mundo privado estamos disponibles para colaborar en los desafíos pendientes, entre ellos sacar adelante el Estatuto del Temporero y modernizar las instituciones que resguardan el funcionamiento del sector, especialmente el SAG.
La Comisión de Distorsiones debe ser revisada para garantizar que los mercados funcionen de manera transparente. La SNA ha propuesto un proyecto que perfecciona esta institución y esperamos que el nuevo gobierno proponga su trámite legislativo.
Hacer de Chile una potencia agroalimentaria es una labor de Estado que nos convoca a todos y que trasciende a los gobiernos. Confiamos en poder trabajar unidos y asumir con decisión las tareas que permitan seguir construyendo una agricultura más fuerte y dinámica.
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